El amor no tiene etiquetas

Una pantalla gigante de rayos X situada en Santa Mónica (California) reunía a decenas de personas el pasado San Valentín. Tras ella había personas besándose, abrazándose o bailando. Pero los espectadores solo podían ver sus esqueletos, sin ninguna pista de lo qué se escondía detrás…

Esta entrada fue publicada en Invitados y etiquetada , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario